La soledad siempre me ha acompañado en mi vida.
Te puedo decir que mi niñez no fue nada fácil, es más, yo
digo que no tuve infancia pero si tengo muchos recuerdos. Algunos buenos, otros
no muy buenos, unos alegres, otros tristes y así por el estilo. Yo digo que la
soledad es mi única compañera en mi vida, que por más que trate de dejarla ella
no me va a soltar.
Hay momentos en que estoy rodeado de todas mis amistades, mi
familia, compañeros y demás gente que me conoce y me quiere y por más gente que
tenga alrededor mío, me siento solo.
Otra cosa que pienso mucho es que nací solo y solo estaré
toda mi vida; con amistades, familia, compañeros y demás pero solo por dentro.
En la soledad es en quien único puedo confiar porque no confío en nadie, ni en
mi propia sombra. Las personas en las que un día puse mi confianza me
traicionaron, me dieron con un puñal por la espalda; y cada vez que pongo mi
confianza en alguien me pasa lo mismo tarde o temprano.
La mayoría de la gente que me conoce no sabe casi nada o
mejor dicho nada de mi lado oscuro. Le digo lado oscuro porque es el lado de mí
que no doy a demostrar, ¿porque?, por miedo. Miedo a que se vayan a burlar de
mi o me rechacen, por eso me considero un payaso.
Porque los payasos tienen una sonrisa pintada en su cara
pero debajo de esa gran sonrisa pintada se esconde una persona muy diferente de
lo que aparenta y así soy yo; vivo con una sonrisa falsa. La soledad es mi
amiga y enemiga, mi compañera de vida. Hay quienes dicen que quieren ayudarme y
yo como buen tonto les creo, porque son personas que quiero y creo que me van a
ayudar. Al principio bien chévere con uno y Paqui y palla hasta que me
convencen, pero luego, jajaja, es que viene lo de siempre la traición y con la
traición la soledad.
Otra cosa por la que no digo lo que siento y pienso
realmente es porque siento que con la realidad envés de ayudar a la persona lo
que hago es hacerle más daño, la desilusiono y le rompo los sueños que tanto
anhelan. En la vida he tenido que aprender a mentir aunque no me guste. A veces
siento que ayudo más a la persona diciéndole una mentira que diciéndole la
verdad. Hay momentos en que quisiera confiar en todo el mundo y decirle todas
las verdades, pero mi corazón esta tan roto y tan lastimado, que realmente no
puedo.
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